Policía llamada a la fiesta de cumpleaños número 70 repleta de estrellas de Kris Jenner en la mansión Bezos

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Kris Jenner celebró su cumpleaños 70 con estilo con un espectáculo con temática de James Bond presentado por Jeff Bezos y Lauren Sánchez en su lujosa propiedad de Beverly Hills. El asunto repleto de estrellas, que supuestamente atrajo a celebridades como Oprah Winfrey, Adele, Mariah Carey, el Príncipe Harry y Meghan Markle, atrajo la atención, no solo por su lista de celebridades invitadas, sino también por provocar múltiples visitas del Departamento de Policía de Beverly Hills.

Según TMZ, las quejas por ruido de los residentes cercanos obligaron a la intervención policial durante la fiesta del 8 de noviembre. La juerga, que contó con una actuación en vivo de Bruno Mars, se consideró excesivamente ruidosa, superando la ordenanza sobre ruido nocturno de California que prohíbe el sonido excesivo después de las 10 de la noche en zonas residenciales. Las fuentes describieron el nivel de ruido como “fuera de serie”. Según los informes, la policía habló con el personal de seguridad y emitió una advertencia sobre la violación.

Más tarde esa noche, los agentes regresaron a la propiedad por otro motivo: grandes setos decorativos colocados a lo largo de la calle frente a la casa de Bezos y Sánchez. Estas barreras bloqueaban el flujo de tráfico y aparentemente carecían de los permisos necesarios. Cuando decenas de invitados abandonaron la fiesta, la policía ordenó que se retiraran los setos.

El evento fue un evento lujoso acorde con el importante cumpleaños de Jenner. Una fuente le dijo a la revista People que era “todo lo que esperarías de Kris: exagerado, glamoroso y lleno de amor por parte de su familia”. La fuente enfatizó que la fiesta no fue filmada para el reality show “The Kardashians”, sino que se centró en una celebración personal de Jenner.

Curiosamente, este incidente resalta los desafíos potenciales que enfrenta incluso la riqueza extrema al navegar por las ordenanzas locales. Los vastos recursos de la propiedad de Bezos no podían eximirlos de las regulaciones estándar sobre ruido o de los requisitos de permisos. Si bien la presencia policial causó disturbios menores, en última instancia sirvió como un recordatorio de que incluso para los ultrarricos, el cumplimiento de las leyes locales sigue siendo primordial.