Una nueva investigación sugiere que la presencia de canas podría estar relacionada con un menor riesgo de melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel. Si bien no es una garantía contra la enfermedad, el estudio indica que el proceso de encanecimiento del cabello puede representar un mecanismo de protección dentro del cuerpo.
Cómo se relacionan las canas con la protección contra el cáncer
Los científicos descubrieron una conexión entre el agotamiento de las células madre de los melanocitos (las células responsables de la pigmentación del cabello) y una reducción del riesgo de melanoma. El estudio, realizado en roedores, encontró que cuando estas células se exponen al estrés o a carcinógenos, responden de dos maneras: o salen del sistema, provocando canas, o continúan dividiéndose, contribuyendo potencialmente al desarrollo de tumores.
“Mientras aparecen las canas, el riesgo de melanoma disminuye simultáneamente”, explica Yasuaki Mohri, PhD, autor principal del estudio y profesor asistente en la Universidad de Tokio. Esto ocurre porque las células madre de melanocitos dañadas, que de otro modo podrían contribuir al crecimiento del cáncer, se eliminan del folículo piloso.
La ciencia detrás de la conexión
Las células madre de los melanocitos desempeñan un papel crucial en la producción de pigmentos. Cuando dejan de funcionar, el cabello pierde su color y se vuelve gris. Este proceso, según Ife J. Rodney, MD, director fundador de Eternal Dermatology + Aesthetics, puede indicar que el cuerpo ya ha tomado medidas para protegerse del cáncer.
“Nuestro estudio muestra que el agotamiento de las células madre de los melanocitos funciona como un mecanismo protector contra el melanoma”, dice Mohri. Esto sugiere que las canas podrían ser una señal de que el cuerpo ha eliminado células potencialmente cancerosas.
Qué significa esto para su riesgo
A pesar de los hallazgos, los dermatólogos advierten que no se debe suponer que las canas proporcionan inmunidad contra el melanoma. Gary Goldenberg, MD, profesor clínico asistente de dermatología en la Facultad de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai, enfatiza que muchos pacientes con melanoma también tienen canas.
El envejecimiento en sí aumenta el riesgo de melanoma y las canas a menudo se asocian con la edad. El Dr. Rodney señala que otros factores, como antecedentes de quemaduras solares, exposición crónica al sol y antecedentes familiares de cáncer de piel, desempeñan un papel más importante en la determinación del riesgo. La piel clara, el cabello claro y los ojos claros, junto con el uso de camas solares, también contribuyen a una mayor susceptibilidad.
En conclusión, si bien las canas pueden indicar un mecanismo protector contra el melanoma, no sustituyen el uso regular de protector solar ni las pruebas de detección del cáncer de piel. El estudio destaca una posible conexión entre el envejecimiento del cabello y la prevención del cáncer, pero enfatiza que múltiples factores influyen en el riesgo individual
