Las radiografías de rutina para la osteoartritis de rodilla no solo son innecesarias para el diagnóstico, sino que también pueden influir en los pacientes para que consideren la cirugía de reemplazo articular prematuramente. Un nuevo estudio revela que los pacientes a los que se ven imágenes de rayos X de sus rodillas tienen significativamente más probabilidades de creer que necesitan cirugía, incluso cuando los tratamientos no quirúrgicos serían más apropiados.
El problema de las imágenes
La osteoartritis (OA) es una afección común de las articulaciones, que a menudo surge como resultado del proceso natural de envejecimiento, el alto peso corporal o lesiones previas. Si bien muchas personas experimentan dolor y movilidad limitada, el alcance del daño articular visible en una radiografía no se correlaciona con el nivel de dolor que alguien siente. Algunas personas con cambios mínimos en las articulaciones experimentan síntomas graves, mientras que otras con cambios sustanciales sienten poca molestia.
A pesar de esto, casi la mitad de los nuevos pacientes con OA de rodilla en Australia todavía son remitidos para imágenes, lo que le cuesta al sistema de salud más de 104,7 millones de dólares australianos al año. Esto va en contra de las directrices clínicas, que recomiendan un diagnóstico basado en la edad (45+) y los síntomas: dolor con la actividad y rigidez matutina mínima.
Cómo los rayos X cambian las percepciones
Los investigadores llevaron a cabo un estudio con 617 australianos y los asignaron aleatoriamente para ver una de tres consultas médicas hipotéticas. Un grupo recibió un diagnóstico clínico sin radiografías, mientras que los otros dos recibieron radiografías y a un grupo se le mostraron las imágenes. Los resultados fueron sorprendentes: los participantes que vieron sus imágenes de rayos X tenían un 36% más de creencia en que la cirugía de reemplazo de rodilla era necesaria.
También percibieron el ejercicio como potencialmente dañino y expresaron mayor temor de empeorar su condición. Es probable que esto se deba a la idea errónea de que la OA es simplemente “desgaste”, lo que lleva a las personas a asumir que el daño visible requiere una intervención quirúrgica.
Por qué esto es importante
El estudio destaca una tendencia peligrosa: la dependencia excesiva de las imágenes puede generar ansiedad innecesaria y demanda de procedimientos invasivos. La cirugía de reemplazo de rodilla es costosa (más de 3.700 millones de dólares en Australia en 2020-21) y conlleva riesgos como infecciones y coágulos sanguíneos. Los tratamientos eficaces y menos invasivos incluyen educación, ejercicio, control de peso y analgésicos.
“Nuestros hallazgos subrayan la importancia de evitar radiografías innecesarias para la osteoartritis de rodilla. Cambiar la práctica clínica puede ser un desafío, pero reducir estas exploraciones podría aliviar la ansiedad del paciente, prevenir preocupaciones quirúrgicas injustificadas y reducir los costos de atención médica”.
La atención debe pasar de “reparar” el daño articular a controlar los síntomas y mejorar la función mediante métodos no quirúrgicos probados. Si tiene OA de rodilla, recuerde que las radiografías de rutina no son necesarias para el diagnóstico o las decisiones de tratamiento.
En última instancia, esta investigación refuerza que las percepciones de los pacientes y las decisiones de tratamiento están poderosamente influenciadas por lo que ven, incluso cuando la evidencia médica no lo respalda.
