La menopausia y el cerebro: qué cambios, por qué y qué significa

4

La menopausia no se trata sólo de sofocos. Provoca cambios mensurables en la estructura y función del cerebro que pueden afectar la cognición, el estado de ánimo y la salud neurológica a largo plazo. Investigaciones recientes confirman que estos cambios no son simplemente fluctuaciones hormonales: implican alteraciones físicas del propio tejido cerebral. Comprender estos efectos es crucial, ya que explican por qué muchas mujeres informan “confusión mental” y otros síntomas cognitivos durante esta etapa de la vida.

Cambios estructurales durante la menopausia

Los estudios han demostrado consistentemente una disminución en el volumen de materia gris en las cortezas frontal y temporal, así como en el hipocampo. Estas regiones son fundamentales para la memoria, la toma de decisiones y la conciencia espacial, lo que significa que las pérdidas allí afectan directamente la forma en que las mujeres piensan y procesan la información.

Además de las reducciones de la materia gris, las investigaciones también revelan un aumento en las hiperintensidades de la materia blanca : pequeñas lesiones visibles en los escáneres cerebrales que indican daño tisular. Estos no son sólo un signo de envejecimiento; están relacionados con un flujo sanguíneo reducido al cerebro y se asocian con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, demencia y problemas de equilibrio. La presencia de estas lesiones es particularmente común en mujeres que experimentan menopausia precoz o sofocos intensos.

La respuesta del cerebro: ¿adaptación o declive?

El cerebro no permanece estático. Algunos estudios sugieren una recuperación parcial del volumen de materia gris después de la menopausia, lo que indica neuroplasticidad: la capacidad del cerebro para reorganizarse. Sin embargo, esta recuperación no siempre es beneficiosa. Los investigadores también han encontrado una mayor densidad de receptores de estrógeno durante la transición a la menopausia, aparentemente cuando el cerebro intenta compensar la disminución de las hormonas. Paradójicamente, este aumento de receptores a veces se correlaciona con un peor rendimiento de la memoria.

El cerebro se adapta cambiando la reactividad de los vasos sanguíneos y el metabolismo energético, pero estos ajustes no siempre previenen el deterioro cognitivo. El hecho de que se produzcan estos cambios subraya la compleja interacción entre las hormonas, la estructura y la función del cerebro.

Lo que dice la investigación

Una revisión reciente de la literatura realizada en el Laboratorio BRAVE de la Universidad de Ciencias de la Salud de Ponce en Puerto Rico confirmó estas tendencias. Las estudiantes de doctorado Angélica Rodríguez y Andrea Pereira, bajo la dirección de los Dres. Bárbara Barros y Karla Martínez, analizaron estudios existentes sobre cambios cerebrales relacionados con la menopausia. Sus hallazgos se presentarán en la reunión anual de 2025 de la Sociedad de Menopausia.

Según la Dra. Stephanie Faubion, directora médica de The Menopause Society, esta investigación es fundamental porque se basa en la evidencia existente: “Es de esperar que estos datos conduzcan a una mejor comprensión de los factores subyacentes a algunas de las preocupaciones cognitivas que experimentan las mujeres durante la transición a la menopausia para que, en última instancia, podamos identificar terapias efectivas”.

“Este tipo de trabajos resalta la necesidad de seguir explorando la relación entre el cerebro y la menopausia, particularmente su conexión con los síntomas cognitivos, emocionales y conductuales que experimentan las mujeres durante esta etapa”, dice Angélica Rodríguez.

En última instancia, estos hallazgos enfatizan que la menopausia no es sólo un evento hormonal; es neurológico. Se necesita más investigación para comprender las implicaciones a largo plazo de estos cambios cerebrales y desarrollar terapias dirigidas que preserven la función cognitiva y la salud cerebral general durante y después de la menopausia.